Hoy
el día ha sido de tránsito. Había que subir desde Selous a Mikumi y ha costado
10-11 horas. La carretera era muy mala en algunos tramos y los kilómetros se
hacían eternos. El cambio de paisaje, sin embargo, era entretenido y nos ha
gustado mucho reencontrarnos con la vida cotidiana africana.
Además, nos buscamos nuestros propios entretenimientos…
La
primera etapa del viaje la hacemos por dentro del parque y son 75 km que nos
cuesta realizar 2 horas. Salimos por la puerta MATAMBWE y a pocos kilómetros
paramos en la primera población a echar aire a las ruedas: MLOKA. Es una aldea
con mucho encanto. De ahí a KISAKI son
21 km y de ahí a MOROGORO, la población más grande donde pretendemos llegar a
comer son 141 km, que tardamos como 5 horas. La pista recorre paisajes que van
variando de una zona llana, húmeda y rica a un paisaje montañoso rocoso de gran
belleza. Desde Nvuha comienza la subida al monte y la carretera asfaltada, la
cual desaparece una vez pasada la zona de subida y bajadas. Nos sorprende de
nuevo el nivel de vida de la gente, que ha mejorado mucho en estos últimos 10
años. Es muy curioso ver la evolución que ha sufrido el país en estos años. La
gente va bien vestida y arreglada, las casas, todavía de adobe, están bien
construidas y muy cuidadas. Hay montones de motos de los chinos, que las
compran por mil dólares y muchos niños escolarizados.
También vemos algo de fauna en el trayecto…
COLOBO BLANCO Y NEGRO
REBAÑO MASSAI
En
MOROGORO paramos a comer. Es una ciudad ruidosa y alborada, con los generadores
a tope en cada comercio. La ciudad tiene luz, pero falla a cada momento, de
modo que la gente sobrevive a base de generadores que provocan un ambiente un
tanto insoportable. Comemos en un bar, pero nuestra propia comida… un picnic
como los de los safaris, a base de empanidillitas de verdura y sandwich de
tomate y pepino. Luego, para que no nos dispersemos demasiado, Gregory nos
invita a tomar unas cervezas… tiene pánico a que nos ocurra algo y no nos
quiere perder de vista ni un segundo!!
De
MOROGORO a MIKUMI tenemos otros 80 km, que aunque son por mejor carretera, nos
cuestan otras dos horas, de modo que se retrasa la llegada al parque hasta las
6. Hay que montar las tiendas corriendo porque en poco tiempo se va a ir la
luz!
Mikumi
está a pocos kilómetros de Dar, de modo que es el parque más accesible para ser
visitado desde la capital. Además, cruza por el medio la carretera nacional que
une Dar el Salaam con el sur del país, así que si sobrevives al atasco de
salida de la ciudad, el trayecto por carretera se debe de hacer muy corto.
El
camping donde nos alojamos está en medio del parque y desprotegido de los
animales salvajes, pero eso hace nuestra estancia mucho más excitante!!!
En
la tardía cena a base de platos nacionales tanzanos (ugali: pasta de maíz y
sopa de banana riquísima), echamos unas risas con las palabras tan útiles que
hemos aprendido en swahili: entre otras muchas: “sarubu kichua chini” que
significa, el león está agazapado… Muy útil para nuestra vida cotidiana en
Tanzania, pero es que resulta que las pocas palabras que conoce Saidi en
español son: “Mira, mira mira, mira…. “ y poco más… lenguaje de safari.
Dormimos
tranquilas oyendo de fondo los ronroneos del león satisfecho después del
baquete…
Fotos muy divetidas y buenísimas. Me contaron unos catalanes que por allí sabe decir "okemaku"= oh, que macu= oh, qué bonito!
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